El buen oficio de Ghost hace tambalear Berlín entre sombras
Siempre fieles a su papel, siempre fieles a lo que quieren mostrar y representar, pero con una energía cautivadora desconocida en nuestras tierras.
Las actuaciones de gran cantidad de grupos varían en función de dónde tengan lugar éstas, dependiendo lógicamente de dónde se encuentren más cómodos. Siempre hay salvedades por supuesto, pero por norma general podríamos aventurar que un grupo se “esfuerza” más en un ambiente en el que priman sus seguidores, es decir, en una sala, pese a que un festival les brinda la posibilidad de ganar nuevos adeptos. Sea como fuere, las propuestas de los músicos varían en función del escenario y Ghost en una sala es un auténtico torbellino (teniendo en cuenta, obvio, sus papeles). No deja de ser sorprendente el cambio tan abismal de los suecos si comparamos las actuaciones de los últimos dos Sonisphere en España. ¿Fríos? Este adjetivo no les hace justicia cuando son ellos los reyes de las tablas.
Los horarios de la tarde-noche del Viernes no se cumplieron (hablando de los ofrecidos por la Sala, aunque tampoco es nuevo que en muchas ocasiones éstos sean erróneos), comenzando la actuación del catalogado como grupo de moda antes de tiempo. Se podía intuir su salida gracias al olor a incienso que todo lo inundaba, con unas simples velas colocadas sobre tarimas. Éstas imprimían una luz tenue que se veía reflejada en el telón de fondo: las vidrieras de una catedral. Más acertado no podía haber sido.
Como siempre, los primeros en salir a escena fueron los Nameless Ghouls, impasibles en primera línea de escenario mientras Masked Ball (de Jocelyn Pook) servía de introducción. Pero esas figuras impasibles no lo fueron por mucho tiempo, ya que Infestissumam desató la adrenalina sobre ellos. La escasa luz frontal y los focos móviles situados a sus espalda mostraban siluetas entregadas que pasaron a un segundo plano cuando entre humo el Papa Emeritus II hacía acto de presencia y comenzaba con Per Spera ad Inferi.
El Papa se mostró más cercano (siendo siempre fiel a su personaje) sorprendiéndonos incluso con movimientos nada convencionales en su rol, y ello fue recibido por un público entregado. Y con entregado me refiero a una audiencia hipnotizada, que no perdía detalle de lo que ocurría sobre las tablas, siguiendo la letra cual autómatas, solo reaccionando cuando la música terminaba con vítores y aplausos. Y así sin más, ya sabemos que son parcos en palabras, enlazaron Con Clavi Con Dio, Stand By Him y Ritual.
Un foco rojo colocado a los pies de Emeritus II y apuntando directamente hacia él, conseguía darle un aspecto todavía más fantasmagórico, hecho aprovechado para introducir Prime Mover, donde el teclado se elevó apoyando la atmósfera creada por esa única luz roja que se desvaneció al inicio de la parte vocal del tema. No podía faltar por supuesto Secular Haze, enlazada en esta ocasión con la versión que los suecos han hecho de Here Comes The Sun de los Beatles, más que coreada y más que seguida.
No es ningún secreto para nadie el hecho de que son precisamente los Nameless Ghouls los encargados de darle dinamismo al concierto, por lo que tampoco fue de extrañar que Emeritus decidiera desaparecer del escenario dándoles todo el protagonismo cuando no había líneas que defender. Sin embargo, hubo dos excepciones, el primer caso fue Year Zero y el segundo Elizabeth. Sabiendo cuán queridas son dichas canciones, Emeritus decidió quedarse y exaltar a la sala, con su forma particular de hacerlo, pero mostrándose como un maestro de ceremonias que con simples gestos de mano guiaba a la multitud.
El sonido no era perfecto, cierto es, en pasajes sonó cargado y un tanto sucio, pero fueron problemas menores que no enturbiaron en absoluto la actuación, tampoco importaron los coros sampleados (nada nuevo) pero que han provocado muchos comentarios negativos. Júzguenlo como quieran, sinceramente aportaban más profundidad a la escena, sin ir tampoco más allá. Terminando ya dejaron para lo que se suponía el final Death Knell, Genesis e If You Have Ghosts (de Rocky Erickson). Pero aunque todos desaparecieron del escenario, pocos se creían que acabara la cosa ahí, y por supuesto no lo hizo, reservando Ghuleh/Zombie Queen y Monstrance Clock, sirviendo ésta última como despedida con el público berlinés coreando «Come Together, Together as One» hasta que toda señal de Ghost hubo desaparecido.
Los que sólo hayáis podido contemplar su propuesta en Sonishphere, a plena luz del día, no os llevéis a engaño, tienen mucho más que ofrecer. Tan importante es la buena interpretación de todos los músicos como la ambientación. Ambas en Berlín fueron sobresalientes. Siempre fieles a su papel, siempre fieles a lo que quieren mostrar y representar, pero con una energía cautivadora desconocida en nuestras tierras.
Promotor:Trinity Music
Día:2013-11-22
Sala:C-Club
Ciudad:Berlin
Puntuación:9
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