Blackmore’s Night: Dancer and the Moon

Desde “Fire’s at Midnight” que un servidor no disfrutaba tanto con un disco del matrimonio Blackmore-Candince.

Quizá solo sean sensaciones mías… quizá haya pillado este disco con más ganas… pero desde “Fire’s at Midnight” que un servidor no disfrutaba tanto con un disco del matrimonio Blackmore-Candince. Tras muchos discos correctos, sin temas maestros ni nada realmente destacable, más allá de las versiones o las adaptaciones de Rainbow-Purple, esta vez han vuelto a realizar el mismo disco; sólo que la cosa ha funcionado y los temas enganchan. Sonido pulcro, una Candince hechizadora, un Blackore perfecto, como siempre, y  varios cortes evocadores y suaves que en algún caso llegan a encandilar. Gran maniobra de Frontiers para quedarse con un artista que, haga lo que haga, ya nos tiene el corazón ganado

Hay lo que puedes esperar de todo disco de Blackmores Night: la versión de Rainbow, el par de otras bandas, las instrumentales tradicionales adaptadas y el tema que da título al disco y que suele ser el mejor. Es el caso de “Dancer and the Moon”. Tema épico-medieval, largo, complejo, pero también hímnico y adictivo. Recupera la palabra mágica “Moon” (luna) que tanto ha brillado en “Shadow of the Moon” y “Under a Violet Moon”. Sigue la saga de la luna… Otra espectacular es la portentosa “Lady in Black” de Uriah Heep que llevaba años pidiendo entrar en este proyecto. Ha quedado perfecta,, tanto como la adaptación de “Temple of the King” (¿la mejor balada de Rainbow?). Candince no es Dio, pero está a la altura. Puro sentimiento. “I Think Is Going to Rain Today” es una buena version de Randy Newman. Muy melosa y melòdica. Ideal para abrir el disco al más puro estilo “The Times They are a Changing” de Dylan que hicieron en su día. Queda casi empalmada con “Troika”. Corte de raíces rusas, muy festivo y con unos arreglos exquisitos. Brilla la Sra. Night pero también guitarra y todo ese ejército de mandolinas, coros y palmas que acompañan la tonada.

La guitarra de Blackmore domina todo el disco, pero en especial la delicada “The Last Leaf” (con flautas), “Galliard” y en “Minstrels in the Hall”. Hay que destacar sobretodo la labor de Pat Regan en los teclados y la producción. Se ha ganado el puesto y es ya una imprescindible. La tradicional “The Ashgrove” queda brillante con la preciosa voz de Candince y esa acústica de fondo que punteando. Evocadora y triste ha quedado “Somewhere Over the Sea”, que resalta mucho ya que la mayoría del disco es de contenido festivo y positivista. El corte va unido a dúo con la siguiente ”The Moon Is Shining”, que es la versión animosa de la anterior balada. Un poco al estilo “Writing on th Wall” de su primera obra. Brillante y con la Stratocaster de Blackmore recordándonos bien quién es. Volviendo a los tempos pausados y melancólicos encontramos las finales “The Spinner’s Tale”, muy bella, y el adiós a Jon Lord con “Carry On Jon”. Espectacular despedida. Casi seis minutos de guitarra eléctrica que es feeling. Realmente Blackmore consigue con sus seis cuerdas un lamento y un adiós. Música descriptiva que toca la fibra sensible y con ese Hammond irrumpiendo en el tramo final cortesía de Pat Regan.

El resultado final es mucho más brillante que otras veces. Blackmore había llegado a aburrir un poco y a repetirse. Obviamente lejos queda de sus dos primeras obras maestras en este estilo, pero situaría este disco a la altura de su tercera e inspirada obra. Tuve la suerte de poder ver este proyecto en el año 1997 y es una de las experiencias más bellas que he podido vivir. Sé que es casi imposible que vuelvan por estos lares, pero teniendo en cuenta esta obra, está claro que verlos su directo sería una experiencia genial y en el momento perfecto. Los que seguís suplicando a Dios, Satán o Dio que el hombre de negro vuelva a desempolvar la Stratocaster… Creo que no hace falta decir nada más. Y sinceramente: podéis quedaros pasmados viendo tocar a este hombre una eléctrica… pero más todavía una mandolina. Blackmore sigue reinando incluso alejado del heavy metal y el rock.