ROB HALFORD – The Gay Interview Parte I – ‘Nunca me he sentado a hablar formalmente del tema con mi família».
Exclusiva absoluta! Rob Halford habla sobre su vida y sentimientos como persona homosexual sin ninguna clase de tabús. Una batería atronadora invade el ambiente. El rugido de una Harley Davidson lucha por sobreponerse al sonido de la percusión. Un foco intenso de luz señala un lateral del escenario. De él, aparece una enorme moto con uno de los estandartes del Heavy Metal a cuestas. Es Rob Halford, recubierto de cuero, mirando desafiante a miles de personas que le idolatran y haciendo rugir su moto hasta provocar el delirio colectivo. Probablemente se trata de la escena más descaradamente homosexual de la historia del Heavy Metal. Pero no: es un concierto de Judas Priest. Y Rob es el maestro de ceremonias.
El siguiente texto conforma la primera parte de una extensa entrevista mantenida hace unos meses con el vocalista de JUDAS PRIEST, Rob Halford, por vía telefónica. La entrevista fue una iniciativa de quien suscribe de cara a su publicación en la revista Zero. Los publicistas de Rob Halford e incluso su propio management decidieron obviar la entrevista en más de una ocasión, hasta que en una conversación directa con Rob esté accedió sin pensárselo a realizar la charla. El propio Halford comentaba que habitualmente no le solían salir oportunidades de éste tipo al no ser un típico icono de la cultura gay, asi que era todo un honor. Y servidor, homosexual declarado, optó por una entrevista que más que una entrevista fue una charla entre dos personas con algo en común. La complicidad y el grado de confianza que Rob Halford deposita en la charla es genial y no mentiría si dijera que es una de las entrevistas que más he disfrutado en más de diez años de carrera interrogando a más de 600 grupos. Y ahora que ha pasado un tiempo prudencial desde la edición recortada en la revista ZERO, os ofrecemos la versión completa, sin editar, con la charla tal y como sucedió. Esperamos que la disfrutéis!
Nacido en agosto de 1951, Rob Halford es más conocido en todo el mundo como vocalista de la banda británica de Heavy Metal JUDAS PRIEST. Desde 1974, el vocalista ha recorrido los escenarios de todo el globo junto a sus compañeros KK Downing y Glenn Tipton (guitarras), Ian Hill (bajo) y desde hace tres lustros, Scott Travis (batería).
Como banda, Judas Priest conquistaron el mundo en la segunda mitad de los bulliciosos años ’70, editando discos como “Stained Class” (1978), el directo “Unleashed In the East” (1979) y ya en la década de los ’80 grandes trabajos de la talla de “British Steel” (1980), “Screaming for Vengeance” (1982) y el archiconocido disco de 1990 “Painkiller”.
JUDAS PRIEST ayudaron a definir, sónica y estéticamente, todo un género musical junto a otros contemporáneos como BLACK SABBATH, DEEP PURPLE, KISS o IRON MAIDEN. Ya no se trataba solo de que la gente agitara su pelvis, sino de que se rompieran las cervicales moviendo el cuello al ritmo de baterías pesadas, guitarras endiabladas y voces de características inhumanas. Concretamente, la de Rob ha sido una de las más definitorias del género, consiguiendo agudos imposibles y una profundidad considerable.
Pero tras dos décadas de éxitos y giras con decenas de miles de fans en cada show, Rob Halford decidió que ya era suficiente, que no estaba cómodo en JUDAS PRIEST y que debía abandonar la banda. Así que tras la gira más impresionante de la banda – la de “Painkiller”, que les tuvo en ruta dos años enteritos- el vocalista optó por abandonar el grupo e iniciar un nuevo proyecto llamado FIGHT y posteriormente un extraño simulacro de rock industrial titulado TWO en el que Trent Reznor de NINE INCH NAILS tuvo algo que ver.
Pero tras toda una vida haciendo Heavy Metal de corte puro y clásico, Rob debía volver a sus raíces y lo hizo comenzando una carrera en solitario a principios del nuevo milenio. Editó “Resurrection” (2000) y “Crucible” (2002), así como el directo “Live Insurrection” (2002) poco antes de hacer las paces con sus ex –compañeros de banda y volver a JUDAS PRIEST para una triunfal reunión que asoló los estadios de Europa y Estados Unidos.
Ahora Rob, en un descanso de la actividad de su banda principal, ha optado por potenciar su carrera en solitario creando la compañía Metal God Entertainment, en referencia al cariñoso apodo con el que se refieren a él sus fans. Su estética de cadenas, cuero y tachuelas así como su portentosa voz le sirvió para ser definido por sus seguidores como el Dios del Metal. Pero el Dios del Metal tenía una sorpresa preparada para todos sus seguidores: en 1998, durante una entrevista en la MTV americana, Halford declaró que era gay. Un Heavy gay. Esa mezcla que, hasta entonces, parecía casi tabú.
Casi una década después de su salida del armario, Rob accede ahora a hablar con The Metal Circus sobre sus experiencias, opiniones y perspectivas.
Su lanzamiento más reciente, “Metal God Essentials”, editado por Frontiers Records en Europa, es una recopilación de su mejor material en solitario.
¿Cuándo tuviste por primera vez la noción de que eras homosexual?
“Probablemente fue durante mis años de adolescencia, cuando todo el resto de chicos están comenzando a interesarse por chicas y tu te das cuenta de que eres diferente. Tuve mis novias, pero simplemente por la presión de los amigos. De todos modos, no tenía sentimientos o grandes emociones al estar con chicas. No había nada que sintiera dentro de mí respecto a las chicas.”
Es el momento clave, el meridiano de la adolescencia. Cuando tienes novias por una cuestión de imitación y un buen día despiertas y dices “creo que esto no es para mí”.
“Cierto. De nuevo, creo que también hay un factor de experimentación en esa época. La adolescencia está basada en experimentar cosas nuevas porque cuando creces no tienes una etiqueta que te ubica en una u otra categoría. Es cuando descubres lo que te hace disfrutar, lo que necesitas en tu vida. Y tanto da que sea un chico que una chica”.
De todos modos, no es lo mismo ser un adolescente gay en tiempos actuales que en los años ’50 y ’60.
“Yo venía de una familia de clase obrera, donde esta clase de asuntos nunca se comentaban, especialmente en aquellos tiempos. No tenía amigos gays y no tenía a nadie a quien comentarle lo que me preocupaba. Intentas aclarar las cosas en tu cabeza por tu cuenta, así que debes ser fuerte. Para una persona como yo, creciendo en aquella época y con una exposición muy limitada hacia el mundo homosexual, me parece excelente que la sociedad se haya vuelto más abierta hacia la homosexualidad. Incluso España es uno de los primeros países que ha aprobado el matrimonio homosexual, lo cuál me parece increíble, especialmente dada la influencia del catolicismo en la sociedad.”
“Volviendo a los años de crecimiento, los resumiría como años de soledad a nivel íntimo y psicológico. A veces miro atrás y pienso en cómo demonios salí intacto mentalmente de aquella fase de mi vida, pero lo hice (risas)”.
¿Hablarías de auto-tortura? ¿Consideras que en algún momento intentaste forzarte a ser lo que no eres?
“Um… si, imagino. No creo que fuera por la vida viviendo en una mentira, precisamente. Una vez acepté lo que era, lo asumí y seguí adelante con mi vida. Nunca sentí la necesidad de ponerme un disfraz y hacer un papel que no era el mío. De nuevo, en la cultura gay hay diferentes niveles de percepción: tienes desde las personas que quieren que todo el mundo sepa que son homosexuales hasta toda un porcentaje de gente que es prácticamente invisible. Y, hoy en día, me siento de la misma manera. Es muy rara la ocasión en la que hablo con una revista de temática gay sobre mi historia, porque cuando la gente piensa en alguien gay no piensa en mí, soy invisible en ese terreno y eso está bien para mí. Hay otras personas que se dedican a otras formas de entretenimiento o que practican distintos estilos de música y que son mucho más reconocibles como parte de la cultura gay”.
“Volviendo a lo de antes, simplemente estaba haciendo mi vida. Me estaba enfrentando a mis verdaderas necesidades emocionales y todo ese tipo de cosas, aunque fui un poco más tardío que el resto de chicos.”
Hablabas de ser prácticamente invisible en el mundo gay. De hecho, siempre has sido un tipo muy privado respecto a tu vida privada: siempre te has dedicado a la música metal y se ha sabido muy poco de tu vida personal. En raras ocasiones has hablado con medios sobre tu condición sexual. En otras palabras, no eres un George Michael. Nadie asocia automáticamente Rob Halford con la homosexualidad.
“Eso es cierto. La percepción de un entertainer gay se suele reducir a George Michael, Elton John o Boy George. No importa como te perciba la gente, siempre y cuando la gente te perciba de algún modo. Tanto George como Elton son héroes personales, porque puedo identificar su lucha con la mía. Por otra parte, tanto para George como para Elton como para mí, nuestra carrera musical es lo más importante de nuestras vidas, si bien es cierto que en ocasiones puedes hacer cosas para confundir a la gente, aunque no sea deliberado. He ahí la boda de Elton o la época en la que George fue asociado a las chicas como una especie de sex-symbol para ellas. Entiendo que hagan eso. Pero hay un momento en que, por las circunstancias que sean, sales de esa prisión que te impones a ti mismo y entonces todo cambia.”
“En mi caso, los fans han sido un apoyo muy importante. Se suele asociar el Heavy Metal con una actitud intransigente pero, en mi caso, la gente entendió apoyo mi decisión de salir del armario y eso me parece maravilloso.”
Hay de todo, de todos modos. También hay cuarentones retrógados que no quieren siquiera saber que uno de sus ídolos es homosexual e intentan obviar el hecho.
“Hay personas que aceptan la situación, porque no afecta a lo que ellos esperan del músico y de su música. Pero hablar de la sexualidad del vocalista es algo que les incomoda e intentar pasarlo por alto. En según que ambientes, la homosexualidad sigue siendo un tema bastante sensible”.
¿En algún momento de tu adolescencia te sentiste como un “outisder” por ser homosexual y, además, escuchar y mostrar interés en un estilo de música que no era precisamente bien visto? O, mejor dicho, ¿crees que explorar un terreno musical diferente al que era popular en la época tuvo que ver con el hecho de sentirte diferente al resto por cuestiones de sexualidad?
“Es una pregunta interesante. De nuevo, la cultura gay tiene adscritos una serie de estereotipos y, ciertamente, la música más habitual entre la comunidad gay no es el Heavy Metal (risas). Ciertamente, me gusta ser cercano a un estilo de música que no tiene una conexión o connotación directa con mi sexualidad. Si le echas un ojo a otros interpretes gays veras que no hacen nada parecido a lo que yo hago. Siempre he preferido que la música hable por mí y a mi me encanta el metal. El balance entre mi sexualidad y mi dirección musical no tiene porque ser equilibrado. Esa es la libertad que proporciona la música, de hecho”.
¿Hasta qué punto crees que tus experiencias como homosexual han afectado a tu estilo compositivo? ¿En algún momento has intentado llevar ese sentimiento de soledad o confusión a tu música?
“Si, pero creo que esos mensajes son para cualquier persona, de todos modos. Todo el mundo puede identificarse con la soledad, con un mal momento personal, con una decisión difícil. No ha habido casos en los que haya escrito una letra conscientemente hablando de la homosexualidad. Nunca lo he pensado, de hecho”.
Recuerdo que, hace unos cuantos años, encontré un artículo muy curioso en internet. Dicho artículo contenía una interpretación de la letra de la canción “Breaking The Law” que aseguraba que el significado real de la misma tenía relación con la época en la que la sodomía estaba prohibida por ley en Gran Bretaña y que la ley que había referida en el titulo de la canción era precisamente esa. ¿Has escuchado hablar de ello en alguna ocasión?
“Es interesante, ciertamente. Y eso es lo bueno de las interpretaciones que la gente hace de los mensajes que hay en las canciones. Es simplemente una manera de interpretar la canción, pero te puedo asegurar que el tema no hablaba de eso en absoluto. Era una canción que genuinamente hablaba sobre las frustraciones que proporciona, por ejemplo, la educación, la búsqueda de un trabajo, el encontrar lo que quieres hacer en la vida. Cuando te das cuenta de que lo que querías no es más que un sueño, tomas una actitud anárquica y rompes la ley. El verso que dice ‘no sabes como es esto’ no es una referencia velada hacia nada. Es una canción con un poco de comentario social, hablando de cómo a veces es imposible alcanzar nuestros sueños pese a invertir todo nuestro tiempo y esfuerzo en ellos. Y eso te rompe el corazón”.
Previamente hablábamos de Birmingham, de los años ’60, de una familia de clase obrera…imagino que tu família se enteraría muy tarde de tu sexualidad. ¿En qué momento decidiste sincerarte?
“La verdad es que nunca nos hemos sentado formalmente a hablar del tema. Nunca le he dicho a mi familia “mirad, os he de explicar algo sobre mí”. Creo que ese es el caso de mucha gente gay hoy en día. Llegan a un punto en su vida en el cual sienten la necesidad de “confesar”. Pero cada persona es individual y todo el mundo tiene derecho a su privacidad e independencia, por lo que uno puede pensar que su sexualidad no es asunto de nadie más que de uno mismo. Depende mucho de la situación familiar de cada persona y de la manera en que pueda afectar a su vida. Pero en mi caso nunca fue un problema. Nunca tuve esa conversación con mis padres. A medida que me fui haciendo más mayor, imagino que mi familia fue encajando las piezas. Ten en cuenta que yo estuve saliendo con una chica hasta los 25 o 26 años y, ciertamente, eso no es algo extraño. Puedes encontrar a multitud de hombres gays o bisexuales casados y con hijos que simplemente se preocupan de sus necesidades emocionales antes de las sexuales. Y es increíblemente típico aun hoy en día.”
“En mi caso, mi familia siempre ha sido extremadamente atenta y cuidadosa. Mi madre siempre me decía ‘mientras seas feliz, yo soy feliz’. Y creo que esa es una fantástica filosofía de vida.”
Por lo que comentabas antes, no tuviste ningún amigo gay en tu adolescencia, un concepto que hoy en día es casi alienigena. ¿Cuál fue tu modelo a seguir en ese caso? ¿Qué te ayudó a definirte?
“No tuve un modelo a seguir y creo que sigo sin tenerlos, ni siquiera en la música. Creo que sigo siendo el único “modelo a seguir” en el mundo del metal de cara a los metalheads gays. La gente sabe que me he ganado el respeto, que puedes ser gay, salir del armario, ser amado por el público y sentir el cariño de la gente. Pero nunca busqué ni encontré un modelo a seguir. En mi época todo eran cuchicheos, rumores, gente hablando por la espalda y todo ese tipo de cosas. “
PRÓXIMA PARTE EL LUNES 18 DE FEBRERO. Rob habla sobre temas tan interesantes como el SIDA, el matrimonio entre personas del mismo sexo, su relación de pareja o su colaboración con el movimiento asociacionista homosexual.
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