Después de un primer día en el que presenciamos actuaciones excepcionales como las de YOB, Pallbearer o Foscor, la segunda y última jornada del Ritual Cvlt Fest nos traía un cartel muy especial: un showcase del sello francés Season of Mist. Cuatro bandas de esta casa subieron al escenario de Razzmatazz 2 aquella noche, con el añadido de Nicholas Bullen (ex-Napalm Death y Scorn) en solitario completando las actuaciones del escenario principal. Las charlas y debates del día se centraron en aspectos de promoción y desarrollo profesional de una banda, contando con trabajadores de Season of Mist, Bidi Bookings, Community Promotion y Rockzone, y generaron intensos debates sobre la situación de las bandas emergentes hoy día.

A nivel musical comenzamos la tarde con Hark en el escenario principal, trío procedente de Swansea que venía presentando su primer álbum, titulado «Crystalline», en el que muestran un stoner/sludge bastante movido. Su actuación fue simplemente correcta: las canciones sonaron potentes, la ejecución fue la adecuada… pero les falta chispa sobre el escenario. Tan sólo dispusieron de media hora sobre las tablas, pero incluso con un repertorio tan breve fue inevitable darse cuenta de que necesitan más gancho en el directo.

Por su lado, That Crooner From Nowhere fue la actuación que inauguró la actividad en el Pop Bar, y debemos decir que se trató de algo absolutamente hipnótico. Este sorprendente proyecto consiste en un solo artista que construye canciones de electrónicas a través de loopear samples vocales que él mismo graba en directo y posteriormente va organizando, añadiendo nuevos elementos constantemente y construyendo de la nada auténticas catedrales sonoras. En algunos momentos estuvo más atinado que en otros (en ocasiones el beat se desplazaba ligeramente, causando alguna incomodidad sonora), pero por lo general la experiencia fue increíblemente satisfactoria. Innovación, talento y creatividad. ¡El propio Nicholas Bullen no podía parar de aplaudir!

KEN Mode es la banda que está acompañando a Hark en su gira europea como co-cabezas de cartel, pero a la hora de comparar la propuesta en vivo de una y otra banda, lo cierto es que no hay color. Durante los coloquios habíamos visto a su frontman aportar un punto de vista interesantísimo acerca de cómo se han tenido que mover en Canadá para alcanzar esos éxitos que llevan ya algunos años cosechando, y lo cierto es que había muchas ganas de ver cómo se las desenvolvían delante del público. El resultado fue simplemente impactante. El imparable conjunto de Winnipeg destrozó nuestras mentes durante treinta minutos a base de un noise rock de raíces hardcore increíblemente violento y salvaje, con una fuerza escénica a un nivel que no había visto nunca en una banda tan joven. Tan sólo con echar un vistazo a las expresiones faciales de Jesse Matthewson podíamos ver la locura asomar por sus ojos, y esto se llevó a su máxima expresión cuando en la última canción permaneció sentado en la valla durante largo rato mostrando una escalofriante sonrisa, para luego bajarse a gritar sin micro entre el público las últimas líneas del tema. Salieron, lo destruyeron todo y nos dejaron absolutamente aturdidos.

Mucho más ruido era lo que nos esperaba con Nicholas Bullen sobre el escenario: ese hombre que tan afable nos había parecido durante las conferencias del día anterior con su camisa de colores y su pelo rizado se volvía absolutamente loco en un proyecto en solitario que vomitaba estridente electrónica sobre nosotros. Utilizando no sólo samples sino también sus desgarrados gritos (que no se oían directamente, simplemente eran procesados ad infinitum y se adherían al grueso sonoro) para crear sonidos infernales, Nick improvisó la composición de una maraña chocante que eventualmente derivaba en algunos ritmos al son de los cuales nos podíamos mecer… para después recuperar la agresividad extrema una vez más. No se trataba de Scorn, pero hizo un buen trabajo.

Uno de los platos fuertes del segundo día era la posibilidad de ver a Obsidian Kingdom interpretar su exquisito «Mantiis» íntegramente por última vez (presumiblemente). Así pues, podríamos decir que este concierto cerraba un ciclo… y qué mejor manera que hacerlo en casa, donde más sorpresas especiales puedes organizar. A las habituales proyecciones se sumaron el pre-estreno del brillante a la par que perturbador videoclip de «Ball-Room», que acompañó a dicho tema durante su ejecución, la ya esperada aparición de Fiar (vocalista de Foscor) para sus desgarradoras líneas en «Awake Until Dawn», un sorprendente (y brillante) solo de saxo en lugar de las ya conocidas trompetas en «Last of the Light» y un bis en el que realizaron una adaptación al directo del aplastante remix que Necro Deathmort hicieron con uno de sus temas.

Lamentablemente hubo algunos fallos demasiado notorios: el caos para cuadrar el inicio de «Not Yet Five», los problemas con el teclado en «Cinnamon Balls» y una desentonada entrada al solo de guitarra de «Last of the Light» entre otros, pero estos esporádicos resbalones no oscurecieron la sensación global de que este conjunto cada vez es más imponente en directo. A nivel de movimiento sobre el escenario han progresado enormemente desde que los viéramos en Music Hall hace ya dos años, y por lo general su puesta en escena se ha vuelto extraordinariamente sólida, y esto es lo verdaderamente importante: los errores técnicos son tan sencillos de cometer como de arreglar, pero tener una propuesta firme en vivo es un reto mucho mayor, y ellos lo han conseguido. Mencionar como último detalle la inmensa mejoría de Zer0 Æmeour Íggdrasil en la ejecución de sus líneas vocales, proporcionando algunos de los momentos más emotivos de la velada en «Answers Revealing» y «Genteel to Mention».

Después de la actuación de los catalanes era la hora de los sensacionales Ghost Brigade, quienes no pisaban España desde su actuación en el Madrid is the Dark de 2011 y ahora realizaban su primera aparición en Barcelona. Los finlandeses no han publicado todavía su imponente nuevo trabajo «IV – One With the Storm», así que en lugar de presentar esos nuevos temas obtuvimos un glorioso desfile de algunos de los mejores cortes de sus tres álbumes hasta la fecha. Sin previo aviso arrancaron con la melancólica «A Storm Inside», gran tema con el que dejaron claro que iban a sonar potentes y cristalinos desde el primer momento, y se lanzaron a aguas pasadas con «Minus Side» para satisfacer a los más conservadores. A la emotividad de sus canciones se sumó un excelente trabajo de luces que acompañaba al milímetro los paisajes dibujados…

Con la potencia de Cult of Luna y el sentimiento de los mejores Katatonia, esta banda posee un directo sencillamente envidiable, algo que así dejaron patente tanto en las canciones más asfixiantes («Traces of Liberty» o «Suffocated», por ejemplo) como en los momentos sensibles (siendo «Secrets of the Earth» o la final «Into the Black Light» banderas de esto). Sin lugar a dudas, la mejor baza de la banda es la espectacular tarea de Manne Ikonen a las voces: conmovedores limpios, entonación perfecta y guturales profundos. Los seis miembros funcionan como un mecanismo perfectamente engrasado, y con una actitud absolutamente sobria y seca brindaron uno de los conciertos más aplastantes del festival, consiguiendo convencer hasta a aquellos a quien no habían llamado la atención hasta el momento. Porque cuando una banda es así de buena en directo, es capaz de obrar lo que no habrías imaginado. Personalmente no se me habría ocurrido mejor broche final para un festival tan especial y ecléctico como es Ritual Cvlt… ya nos morimos de impaciencia por saber a quién tendremos en la segunda edición.

Fotos: Mary Carmen Lozano

Promotor:Ritual Cvlt

Día:2014-10-03

Hora:16:00

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8